Ratio de solvencia: consejos y estrategias para mejorar tu situación económica
¿Qué es la solvencia?
La solvencia es la capacidad de una empresa, organización o persona para saldar sus obligaciones financieras a tiempo. En otras palabras, si eres solvente, significa que tienes los fondos suficientes para pagar tus facturas y otras obligaciones. En un contexto empresarial, la solvencia es uno de los coeficientes más importantes de la salud financiera de la empresa, pero también es igual de importante para la economía del hogar.
Solvencia económica
¿Te preguntas qué es la solvencia económica y en qué se diferencia de la normal? La solvencia económica no solo contempla las obligaciones a corto plazo, sino también los recursos y pasivos a largo plazo. Eso significa que aunque seas capaz de pagar tus facturas actuales, pero tienes unas deudas enormes que no se ven compensadas por el valor de tus activos, puedes no ser solvente en el sentido económico.
Cómo se calcula el ratio de solvencia
¿Sabes cómo se puede medir exactamente la solvencia? Existen diferentes coeficientes, pero el más común es el ratio de solvencia, que divide los activos entre los pasivos. Cuanto más alto sea el ratio, mejor, porque significa que tienes más activos que obligaciones. Sé exhaustivo al analizar los activos y las obligaciones, sin saltarte ningún dato.
¿Para qué sirve la solvencia?
Entonces, ¿qué razones hay para preocuparse por la solvencia? En el contexto empresarial, la solvencia es clave para mantener las operaciones del negocio, proteger las inversiones y generar confianza entre los socios e inversores. En el caso de las personas individuales, ser rentable significa tener una vida más tranquila, sin el estrés continuo ocasionado por las deudas, así como mayores probabilidades de garantizarse un futuro tranquilo. Por lo tanto, conviene conocer y controlar la solvencia con regularidad.
¿Es lo mismo liquidez que solvencia?
No, estos dos conceptos se suelen confundir, pero no significan lo mismo. La liquidez es la capacidad para pagar las obligaciones a corto plazo, mientras que la solvencia es la capacidad para pagar todas las obligaciones, tanto a corto como a largo plazo. Ambas son importantes, pero la liquidez es una medida más bien provisional, mientras que la solvencia tiene un marco temporal mayor.
Un método eficaz para mantener la solvencia: planificación regular
Ahora que ya sabes qué es la solvencia, podemos ir un paso más adelante. Sin un presupuesto sólido y sin saber en qué te gastas el dinero, te costará mantener una situación económica sana. Empieza creando un presupuesto detallado en el que tengas en cuenta los gastos fijos y variables. También aconsejamos emplear la técnica 50/30/20, en la que el 50 % de los ingresos cubren los gastos necesarios, 30 % el ocio y los placeres de la vida, y el 20 % restante se ahorra o se utiliza para pagar deudas. Si quieres averiguar más sobre este método, te recomendamos el artículo: “Cómo funciona el método de ahorro 50/30/20. Un camino eficaz para ahorrar dinero”.
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Por último, una vez ya sabes para qué sirve la solvencia y eres consciente de que la solvencia no solo son números en un papel, no te costará nada poner en práctica los consejos que acabamos de darte. La solvencia también es sinónimo de confianza, salud financiera y posibilidad de cumplir metas y planes a largo plazo. Por eso es tan importante conocer tu propia solvencia y trabajar para mejorarla.